Imagina que tengas un problema de salud que requiera asistencia médica, pero al llegar al centro hospitalario no recibes atención alguna del personal sanitario. Pero, resulta que esta ausencia en el ejercicio médico, hizo que tu situación empeorará presentando daños que se pudieron evitar. Bueno, esto es la desatención del deber de cuidado.

Eso sí, la desatención del deber de cuidado no solo enmarca la falta de acciones médicas para bridar solución a tu problema de salud, también engloba el cumplimiento de los protocolos y diligencias necesarias que tu caso demande. 

¿Quieres saber más al respecto? Bueno, voy a explicarte con lujos y detalles de qué va el deber de cuidado, cuáles son la consecuencias de incumplir con este deber, entre otros aspectos de suma importancia. 

¿Qué conocemos como deber de cuidado en el campo médico?

 

El deber de cuidado es una responsabilidad que tiene todo profesional sanitario con los pacientes que necesiten de sus conocimientos, técnicas y habilidades para solventar su afección o problema de salud. 

Entonces, negarse a brindarte atención médica, no emplear los procedimientos de diagnóstico de forma correcta, o no recetarte el tratamiento adecuado, son ejemplos claros de desatención del deber de cuidado.

Ahora, quizá lo más grave son las consecuencias de estos actos negligentes o imprudentes. Ya que  tu estado de salud puede agravarse, llegando a presentar daños físicos o psicológicos (que se pudieron evitar con el cuidado adecuado).   

¿Cuál es la diferencia entre negligencia e imprudencia en relación con la desatención del deber de cuidado?

 

Los términos “negligencia” e “imprudencia” tienen una estrecha relación con el ejercicio del deber del cuidado en el campo médico, pero no tienen el mismo significado. 

  • La negligencia, por un lado, enmarca la falta de acciones en la atención de un paciente. Es decir, que el médico no hizo nada para ayudarle. Para hacer una reclamación por este tipo omisión, se podría apelar al artículo 195 del Código Penal, el cual castiga al profesional por no prestar ayuda a quien lo necesita.

 

  • Por el otro, la imprudencia hace alusión a las prácticas irresponsables que fueron ejecutadas por el personal sanitario, saltándose los protocolos o el lex artis (como se dice en el juzgado). 

El caso en que cualquier de estos dos escenarios se quebranta el deber de cuidado e implica una responsabilidad penal por imprudencia o negligencia médica. 

¿Cuáles son las consecuencias de la desatención del deber de cuidado?

 

Como ya comenté, la desatención del deber de cuidado en el campo sanitario suele acarrear consecuencias asociadas con el agravamiento de la salud del paciente que se refleja a través de varios de tipos de daños, como:

  • Físicos: Hablo de lesiones graves que pueden ser permanentes, como discapacidad y amputación, sin embargo, los daños físicos derivados de prácticas médicas erróneas también pueden ocasionar la muerte del paciente. 

 

  • Psicológicos: Ser víctima de un error médico por incumplimiento del deber de cuidado, genera secuelas psicológicas asociadas con estrés postraumático, ansiedad, depresión y otros trastornos. 

 

  • Económicos: En casi todos los casos de negligencia médica los gastos médicos son más altos, ya que el precio de un error cometido por el personal sanitario implica cubrir costos adicionales para mejorar tu salud. 

 

  • Calidad de vida: No asumir el ejercicio médico con responsabilidad puede hacer que, como paciente, pierdas la capacidad para realizar tus tareas diarias como cualquier persona normal. 

Hay otro aspecto del que no se habla mucho referente a la negligencia médica; y es el dolor y el sufrimiento que pueden generar estos errores de los profesionales sanitarios. El hecho es que las consecuencias de la desatención del deber de cuidado suelen variar y pueden ser motivo para exigir una indemnización por los daños causados. 

¿Cómo se prueba la desatención del deber de cuidado?

 

Lo primero que debe existir es una relación formal entre el paciente y el médico. De esta manera se constata que sí había un deber de cuidado por parte del profesional sanitario contigo. 

En el caso de omisión, pues bastará con demostrar que no recibiste atención por el personal sanitario. De hecho, la responsabilidad por las lesiones o los daños recaerá en el centro hospitalario. 

Después hay que evaluar los siguientes factores:

  • Aplicación del lex artis: Tienes que demostrar que el profesional de la salud hizo caso omiso a los procedimientos básicos que cualquier médico llevaría a cabo ante para evitar posibles complicaciones en tu caso.

 

  • Causalidad: También debes probar que el daño o la lesión sufrida tiene relación directa con la falta de deber de cuidado por parte del profesional sanitario. 

 

  • Daños: Es lógico, los daños tienen que ser graves y reales.

Siempre hay que estar preparados ante un posible caso de desatención del deber de cuidado. Por lo tanto, recomiendo siempre que guardes todos los documentos médicos relacionados con el procedimiento aplicado para resolver tu problema de salud, como historias clínicas, informes de otros especialistas, exámenes, etc. 

De esta forma, podrás acudir a un abogado especializado en negligencias médicas para que evalúe cada detalle y te ayude a determinar si en tu caso aplica hacer una reclamación por la vía civil, penal o administrativa.

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