Escucho esta pregunta con frecuencia en mi despacho: «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?». La frustración y el dolor en los ojos de mis clientes lo dicen todo. Si estás leyendo esto, probablemente tú o un ser querido habéis sufrido un evento cardiovascular que podría haberse evitado con una simple medicación anticoagulante. Entiendo perfectamente tu indignación y confusión. Te prometo que en este artículo encontrarás respuestas claras sobre por qué ocurren estas negligencias en tratamientos preventivos cardíacos y, lo más importante, qué puedes hacer al respecto. Analizaremos desde los protocolos médicos que debieron seguirse hasta las opciones legales que tienes a tu disposición.
¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia? Los fallos más comunes
La pregunta «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?» refleja uno de los errores médicos más graves y, lamentablemente, frecuentes en cardiología. Como abogado especializado en negligencias médicas, he visto patrones recurrentes que explican estas omisiones potencialmente fatales:
- Evaluación incompleta del riesgo tromboembólico
- Interpretación errónea de las escalas de riesgo (CHA₂DS₂-VASc)
- Priorización excesiva del riesgo de sangrado sobre el riesgo de embolia
- Falta de actualización en protocolos cardiológicos
- Sobrecarga asistencial que impide una valoración adecuada
Un caso reciente que atendí en mi despacho ilustra perfectamente esta situación: un paciente de 68 años con fibrilación auricular documentada y varios factores de riesgo acudió tres veces a urgencias por mareos y palpitaciones. A pesar de tener una puntuación CHA₂DS₂-VASc de 4 (lo que indicaba un riesgo anual de ictus superior al 4%), fue dado de alta sin anticoagulación. Dos semanas después sufrió un ictus isquémico que le dejó una hemiplejía permanente. Una simple prescripción de anticoagulantes podría haber evitado esta tragedia.
Protocolos médicos: cuándo es obligatorio anticoagular a un paciente
Para entender por qué la pregunta «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?» tiene tanta relevancia, debemos conocer los protocolos médicos establecidos. Las guías clínicas actuales son claras respecto a las indicaciones de anticoagulación:
Indicaciones absolutas de anticoagulación
- Fibrilación auricular con puntuación CHA₂DS₂-VASc ≥2 en hombres o ≥3 en mujeres
- Presencia de válvulas cardíacas mecánicas
- Tromboembolismo venoso reciente
- Síndrome antifosfolípido con eventos trombóticos previos
- Miocardiopatía con fracción de eyección severamente reducida y trombo intracavitario
En mi experiencia como abogado especializado en negligencias cardiológicas, he comprobado que muchos profesionales sanitarios no aplican correctamente estas indicaciones o, peor aún, las desconocen. Esto genera situaciones donde pacientes con riesgo evidente no reciben la protección farmacológica que necesitan.
Herramientas de evaluación del riesgo embólico
Los médicos disponen de escalas validadas científicamente para evaluar el riesgo de embolia:
- Escala CHA₂DS₂-VASc: Evalúa el riesgo de ictus en pacientes con fibrilación auricular
- Escala HAS-BLED: Valora el riesgo de sangrado
- Escala GRACE: Estratifica el riesgo tras un síndrome coronario agudo
La omisión en la aplicación de estas escalas o su incorrecta interpretación está detrás de muchas de las consultas que recibo sobre «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?». No es aceptable que en la medicina actual, con herramientas tan precisas, se produzcan estos fallos de prevención.
Consecuencias de no recibir anticoagulación cuando existe indicación
Cuando un paciente con riesgo embólico no recibe anticoagulación, las consecuencias pueden ser devastadoras:
- Ictus isquémico con secuelas neurológicas permanentes
- Embolias periféricas que pueden llevar a amputaciones
- Infartos renales o mesentéricos con consecuencias potencialmente mortales
- Tromboembolismo pulmonar que puede causar hipertensión pulmonar crónica
- Fallecimiento por cualquiera de estas complicaciones
Lo más trágico de estas situaciones es su carácter prevenible. Un tratamiento anticoagulante adecuado reduce el riesgo de ictus en pacientes con fibrilación auricular en aproximadamente un 65%. Esto significa que, de cada 3 ictus que ocurrirían sin tratamiento, 2 podrían evitarse.
En mi despacho he visto familias destrozadas preguntándose «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?» tras perder a un ser querido o verlo gravemente discapacitado. La impotencia es aún mayor cuando descubren que existía una clara indicación para el tratamiento preventivo que nunca se prescribió.
Errores frecuentes en la evaluación del riesgo tromboembólico
Basándome en los cientos de casos que he analizado como abogado especializado, puedo identificar varios errores recurrentes que explican por qué muchos pacientes acaban preguntándose «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?»:
Subestimación de factores de riesgo
Muchos profesionales minimizan la importancia de factores como:
- La edad avanzada (especialmente en mayores de 75 años)
- La hipertensión arterial controlada con medicación
- La diabetes sin complicaciones aparentes
- Episodios previos de fibrilación auricular paroxística ya resueltos
Esta subestimación lleva a calcular erróneamente las puntuaciones en las escalas de riesgo, resultando en una falta de prescripción de anticoagulantes cuando son claramente necesarios.
Sobrevaloración del riesgo de sangrado
Otro error frecuente es la excesiva preocupación por las complicaciones hemorrágicas:
- Miedo a hemorragias en pacientes ancianos
- Preocupación por caídas que en realidad no contraindican la anticoagulación
- Antecedentes de sangrados menores que se magnifican
- Preferencia por antiagregantes (como aspirina) que son menos efectivos para prevenir embolias
En mi opinión como abogado especializado en negligencias cardiológicas, existe una tendencia preocupante a sobreproteger al médico frente al riesgo de sangrado (complicación visible y atribuible al tratamiento) en detrimento de proteger al paciente del riesgo embólico (complicación que, cuando ocurre sin tratamiento, puede no relacionarse tan fácilmente con la omisión terapéutica).
¿Has sufrido por no recibir anticoagulación teniendo riesgo de embolia? Consejos legales que necesitas saber
Si tú o un familiar os encontráis en la situación de preguntar «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?» tras sufrir un evento tromboembólico, estos son los pasos que debes seguir:
Documentación esencial para tu reclamación
- Solicita inmediatamente tu historial clínico completo. Tienes derecho a obtenerlo en un plazo máximo de 30 días.
- Conserva todas las pruebas diagnósticas (electrocardiogramas, ecocardiogramas, analíticas) que demuestren la existencia de factores de riesgo.
- Reúne informes de otros especialistas que puedan haber recomendado anticoagulación.
- Documenta las secuelas mediante informes médicos detallados que establezcan relación causal con el evento embólico.
- Guarda prueba de todas las comunicaciones con el centro sanitario (reclamaciones previas, quejas, etc.).
Desde mi experiencia en casos relacionados con la falta de anticoagulación en pacientes con riesgo embólico, insisto en que la documentación médica es la piedra angular de cualquier reclamación exitosa. Sin ella, resulta extremadamente difícil demostrar tanto la indicación que existía como el daño causado por su omisión.
Plazos legales que debes conocer
Los plazos para reclamar son estrictos y su incumplimiento puede hacer que pierdas tus derechos:
- Reclamación administrativa previa (sanidad pública): 1 año desde que se producen las secuelas definitivas o desde el alta médica.
- Reclamación civil (sanidad privada): 1 año desde que se conocen las secuelas definitivas.
- Vía penal (en casos de negligencia grave): Depende del delito, generalmente entre 5 y 15 años.
Lo que suelo recomendar a mis clientes cuando hay un evento embólico que podría haberse prevenido es no esperar al último momento. Cuanto antes iniciemos las acciones legales, más fácil será recabar pruebas y testimonios frescos de los profesionales implicados.
Criterios para determinar si existe negligencia en la falta de anticoagulación
No todos los casos en los que un paciente se pregunta «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?» constituyen una negligencia médica. Para determinar si existe responsabilidad profesional, evaluamos:
Elementos que configuran la negligencia médica en estos casos
- Existencia de indicación clara según guías clínicas actualizadas
- Ausencia de contraindicaciones absolutas para la anticoagulación
- Documentación en la historia clínica de los factores de riesgo embólico
- Omisión de evaluación del riesgo mediante las escalas validadas
- Relación causal entre la falta de anticoagulación y el evento tromboembólico
- Daño demostrable derivado del evento embólico
Un caso paradigmático que atendí recientemente involucraba a un paciente con fibrilación auricular permanente, hipertensión, diabetes y 76 años (puntuación CHA₂DS₂-VASc de 5) a quien su cardiólogo decidió mantener solo con aspirina por «riesgo de sangrado». No existía contraindicación documentada para anticoagulantes, y seis meses después sufrió un ictus devastador. Este caso reunía todos los elementos para ser considerado una negligencia clara.
Diferencias entre sanidad pública y privada en casos de falta de anticoagulación
La vía de reclamación y las particularidades del caso varían significativamente según donde se haya producido la omisión del tratamiento anticoagulante:
Reclamación en la sanidad pública
- Necesidad de reclamación administrativa previa
- Responsabilidad patrimonial de la Administración
- Mayor acceso a protocolos estandarizados
- Posible intervención de varios profesionales en distintos niveles asistenciales
- Indemnizaciones basadas en baremos orientativos
Reclamación en la sanidad privada
- Vía civil directa
- Posible responsabilidad tanto del profesional como del centro
- Mayor variabilidad en los protocolos seguidos
- Existencia de seguros de responsabilidad civil específicos
- Mayor flexibilidad en la valoración del daño y la indemnización
En mi experiencia en casos relacionados con la pregunta «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?», he observado que en la sanidad pública suele existir una mayor trazabilidad de las decisiones médicas, lo que facilita identificar dónde se produjo el fallo. Sin embargo, el proceso de reclamación es más burocrático y lento.
El papel de los informes periciales en casos de falta de anticoagulación
Para responder adecuadamente a la pregunta «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?» en un procedimiento legal, el informe pericial es fundamental:
- Análisis retrospectivo del riesgo embólico que presentaba el paciente
- Evaluación de la aplicación de las escalas de riesgo correspondientes
- Valoración de posibles contraindicaciones para la anticoagulación
- Establecimiento de nexo causal entre la falta de tratamiento y el daño
- Cuantificación de las secuelas y su impacto en la calidad de vida
Un buen informe pericial cardiológico puede marcar la diferencia entre ganar o perder un caso. En mi despacho trabajamos con cardiólogos expertos que conocen tanto los aspectos clínicos como los médico-legales de estas situaciones.
Indemnizaciones en casos de embolia por falta de anticoagulación
Cuando la respuesta a «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?» revela una negligencia médica, las indemnizaciones pueden incluir:
- Daño moral por el sufrimiento causado
- Secuelas permanentes (físicas, cognitivas, etc.)
- Días de hospitalización y recuperación
- Lucro cesante por incapacidad laboral
- Gastos de adaptación del hogar o vehículo
- Necesidad de ayuda de tercera persona permanente o temporal
Las cuantías varían enormemente según la gravedad de las secuelas. He gestionado casos desde 30.000€ para secuelas moderadas hasta indemnizaciones superiores a 600.000€ en casos de gran invalidez o fallecimiento, especialmente cuando la víctima era joven y con cargas familiares.
Jurisprudencia relevante sobre falta de anticoagulación en pacientes de riesgo
Los tribunales españoles han establecido precedentes importantes en casos donde los pacientes se preguntan «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?»:
- Sentencias que reconocen la obligatoriedad de seguir las guías clínicas actualizadas
- Fallos que establecen la responsabilidad por no realizar una correcta estratificación del riesgo
- Resoluciones que destacan la importancia de documentar adecuadamente las decisiones de no anticoagular
- Jurisprudencia sobre el consentimiento informado específico para estos casos
Estas sentencias han ayudado a establecer estándares claros sobre cuándo debe prescribirse anticoagulación y qué constituye una práctica médica negligente en este ámbito.
Prevención: cómo evitar llegar a preguntarte «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?»
Como paciente o familiar, existen medidas proactivas que puedes tomar:
- Conoce tus factores de riesgo cardiovascular y embólico
- Pregunta explícitamente a tu médico sobre la necesidad de anticoagulación
- Solicita una segunda opinión si tienes dudas sobre el tratamiento prescrito
- Infórmate sobre tu puntuación en las escalas de riesgo relevantes
- No abandones la medicación anticoagulante sin supervisión médica
En mi opinión como abogado especializado en negligencias cardiológicas, el paciente informado tiene muchas más posibilidades de recibir un tratamiento adecuado. No tengas miedo de cuestionar decisiones médicas o solicitar explicaciones detalladas, especialmente en un ámbito tan crítico como la prevención de embolias.
Cómo ayudamos en NegligenciaMedica.Madrid a quienes no recibieron anticoagulación necesaria
En nuestro despacho especializado ofrecemos un enfoque integral para los afectados que se preguntan «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?»:
- Análisis inicial gratuito de la viabilidad de la reclamación
- Obtención y estudio del historial clínico completo
- Coordinación con peritos cardiólogos de primer nivel
- Gestión de reclamaciones administrativas previas cuando procede
- Representación jurídica en todas las instancias necesarias
- Negociación con compañías aseguradoras
Nuestro objetivo es doble: conseguir la compensación que mereces y contribuir a mejorar la práctica médica para que otros pacientes no pasen por la misma experiencia traumática.
Preguntas frecuentes sobre falta de anticoagulación y riesgo de embolia
¿Puedo reclamar si sufrí un ictus y no me habían anticoagulado a pesar de tener fibrilación auricular?
Sí, puedes reclamar si existía una indicación clara de anticoagulación según las guías clínicas actuales y no recibiste este tratamiento sin una justificación documentada. La clave está en demostrar que tu puntuación en la escala CHA₂DS₂-VASc justificaba la anticoagulación y que no existían contraindicaciones absolutas. En estos casos, la pregunta «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?» tiene una base legal sólida para una reclamación por negligencia médica.
¿Qué plazo tengo para reclamar si no me anticoagularon y sufrí una embolia?
El plazo general es de un año desde que se producen las secuelas definitivas o desde que recibes el alta médica. Sin embargo, este plazo puede variar según las circunstancias específicas del caso y la vía legal elegida. Por ejemplo, si optamos por la vía penal en casos de negligencia grave, los plazos son más amplios. Es crucial consultar con un abogado especializado lo antes posible para evitar que prescriba tu derecho a reclamar por no haber recibido anticoagulación cuando era necesaria.
¿Es negligencia médica que me mantuvieran solo con aspirina teniendo fibrilación auricular y otros factores de riesgo?
Potencialmente sí. Las guías clínicas actuales son claras: la aspirina no es una alternativa adecuada a la anticoagulación en pacientes con fibrilación auricular y factores de riesgo embólico significativos. Si tu médico optó por prescribir solo aspirina cuando tu perfil de riesgo indicaba la necesidad de anticoagulantes orales (tradicionales o de acción directa), y posteriormente sufriste un evento embólico, existen fundamentos para considerar que se produjo una negligencia médica. La pregunta «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?» es especialmente relevante en estos casos donde se utilizó un tratamiento insuficiente.
Conclusión: Tus derechos cuando no recibiste la anticoagulación necesaria
La pregunta «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?» refleja una preocupación legítima que puede tener graves consecuencias para la salud y la calidad de vida. Como hemos visto a lo largo de este artículo, la falta de anticoagulación cuando existe una indicación clara constituye un error médico potencialmente reclamable.
En NegligenciaMedica.Madrid entendemos el impacto devastador que un ictus o una embolia pueden tener en tu vida y en la de tu familia. No estás solo en este proceso. Nuestro equipo especializado en negligencias cardiológicas está preparado para analizar tu caso, determinar si existió mala praxis y acompañarte en todo el proceso de reclamación.
Recuerda que buscar justicia no solo es importante para obtener la compensación que mereces, sino también para contribuir a que estos errores no se repitan en el futuro. Si tú o un familiar os habéis visto en la situación de preguntar «¿Por qué no me anticoagularon teniendo riesgo de embolia?» tras sufrir un evento tromboembólico, te animo a contactar con nosotros para una evaluación inicial sin compromiso.
Tu salud y tus derechos son nuestra prioridad. No permitas que una negligencia médica quede sin respuesta.
Abogado ejerciente del ICAM con más de 15 años de experiencia. Colegiado del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, colegiado número de colegiado 128.064. Especializado en Negligencias Médicas. Actual Director del bufete Ródenas Abogados y Asociados S.L.U. Licenciado en Derecho por la Universidad Instituto de Estudios Bursátiles (I.E.B.) con Máster de Acceso a la Abogacía.