Existen varias vías legales para reclamar una negligencia médica en función del tipo de daño y de la relación entre el paciente y el profesional de salud o la institución involucrada. Las tres principales son:

1. Vía Penal

  • Se recurre a esta vía si la negligencia médica ha causado la muerte del paciente o ha provocado daños graves e irreversibles. En este caso, el personal sanitario puede ser acusado de homicidio o lesiones por imprudencia, y podrían enfrentar sanciones que incluyen multas, inhabilitación profesional e incluso prisión.
  • Es una vía que requiere demostrar intencionalidad o grave descuido, y el proceso suele ser más largo y complejo.

2. Vía Civil

  • Esta vía permite al paciente o a sus familiares reclamar una indemnización económica por los daños causados, sin buscar un castigo penal para el médico o la institución. Aquí se evalúa la responsabilidad civil del profesional o centro sanitario y el daño que ha sufrido el paciente, calculando una compensación por los gastos médicos, pérdida de ingresos, secuelas, o sufrimiento.
  • Es una vía adecuada si la negligencia no fue intencional pero resultó en un perjuicio significativo.

3. Vía Administrativa

  • Aplica cuando la negligencia médica ocurre en un centro de salud público. Se presenta una reclamación de responsabilidad patrimonial ante la administración sanitaria que financia el servicio (ej., Seguridad Social en España). Este proceso busca una indemnización por el daño, y se realiza a través de procedimientos internos de la administración pública.
  • Suele ser un trámite burocrático, con plazos específicos para presentar la reclamación, y permite al afectado obtener una compensación económica si se comprueba la negligencia.

¿Qué pruebas se necesitan?

En cualquiera de estas vías, es fundamental contar con pruebas que demuestren:

  • La existencia de un daño (físico, psicológico o económico).
  • La relación entre el daño y la actuación del personal médico (nexo causal).
  • La actuación negligente (no actuar conforme a los estándares médicos).

Para ello, son esenciales los informes médicos, los testimonios de expertos y cualquier documento que respalde la reclamación.

Cada vía tiene sus propios plazos y requisitos, por lo que es recomendable contar con el apoyo de un abogado especializado en derecho sanitario o negligencias médicas.

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