A ver, ¿en serio? La cirugía mamaria, una de las intervenciones estéticas más populares y supuestamente satisfactorias del mundo, pero vamos, no nos engañemos. No todo el mundo sale contento de esto, y es que hay casos que dan ganas de tirarse de los pelos. En España, sí, unos 19.000 procedimientos al año, y claro, la mayoría sale tan feliz de la vida, pero hay un «pero» enorme aquí. Resulta que no faltan las historias de horror, gracias a algunas clínicas con profesionales de pacotilla o métodos que dejan muchísimo que desear. ¿De verdad? ¿Tanto cuesta hacer las cosas bien?

¡Y si has tenido una experiencia de pesadilla con tu aumento de pecho, te entiendo perfectamente! Cada uno con su historia, claro, pero vamos, que no esperabas terminar con resultados que te hacen querer esconderte en vez de lucirte. Ya sea por un acabado que deja mucho que desear, problemas que ni te contaron que podrían pasar, o esa maravillosa falta de comunicación con el que se supone que es tu cirujano. Pero, tranquilas, que dicen que siempre hay solución. Sí, ya.

¿Qué complicaciones puede tener una mal operación de pecho?

Vayamos al grano con las complicaciones después de una cirugía de mamas que parece que la hizo quien no debía:

Desplazamiento del implante: Esto no es un juego de tetris, señores. Que un implante se mueva y te deje el pecho como si tuviera vida propia no está bien. Claro, la culpa es de la técnica de andar por casa, la colocación a ojo de buen cubero o el soporte del tejido que brilla por su ausencia. Solución: volver al quirófano, como si uno quisiera pasar por eso otra vez.

Efecto rippling: ¿Arrugas y pliegues en el pecho? Fabuloso, justo lo que todas soñamos. Especialmente encantador en mujeres con poco tejido mamario. La solución, por supuesto, implica más intervenciones, porque lo que faltaba era más aguja e hilo.

Contractura capsular: Ah, y la famosa cápsula de tejido cicatricial presionando el implante, porque el drama no termina. Dolor, incomodidad y un pecho que parece todo menos normal. ¿La solución? Más cirugía, porque aparentemente no hemos tenido suficiente.

En fin, que lo pintan todo muy bonito hasta que te toca a ti ser parte del porcentaje que sale preguntándose en qué momento pensó que esto era una buena idea. Pero claro, siempre hay opciones para «mejorar» la situación. Esperemos que esta vez sí sepan lo que hacen y no requieran de un abogado especialista en negligencias médicas.

Opiniones de clientas insatisfechas con opiniones mal hechas de pecho

¡Vaya desastre! Aquí estoy, lamentándome por tener que pasar por el quirófano ¡otra vez! Sí, porque parece ser que escoger el tamaño adecuado de las prótesis es un arte que ni yo ni mi cirujano dominamos. ¿De verdad? ¿Tan complicado era darme el volumen que pedí? Me siento como si hubiera tirado mi dinero directamente a la basura. Casi dos meses después y lo único que veo son unas prótesis que cada día parecen más pequeñas. ¿Hay alguien más en este barco o soy la única con la fabulosa idea de aumentar el tamaño en una segunda ronda?

Y tú, Ana, ¿cuánto te pusiste? Porque yo, en este laberinto de indecisiones, temo quedarme corta y luego morirme de arrepentimiento. Pero, ¿y si luego «se proyectan» y resultan ser más grandes de lo esperado? Aunque, sinceramente, eso suena a consuelo barato a estas alturas.

315cc, eso fue lo que me pusieron, creyendo ciegamente en la «expertise» de mi cirujano. Y ahora, ¿qué? Mis viejos sujetadores casi me quedan. ¿Era esa la idea? Porque si era hacerme gastar una fortuna para no notar diferencia, enhorabuena, objetivo cumplido.

¡Y ni hablar de lo que me bajaron! Dos meses y parece que cada día están menos presentes. ¿Alguien más se sintió estafado por su propia expectativa? Porque yo aquí, pensando seriamente en meterme otra vez en el quirófano. A este paso, ¿qué era? ¿Un 200cc de adorno?

Ojo al dato, porque si alguien quiere un cambio notorio partiendo de cero, aquí el consejo no solicitado del día: ve por los 400cc. A menos que quieras terminar lamentándote en un foro por no haber ido a lo grande desde el principio.

Y luego está el tema de la durabilidad de este «inversión». ¿Cada 7 a 10 años renovando prótesis como quien cambia de coche? Venga ya. Si es por gastar dinero en algo que no te satisface del todo, mejor me hubiera ido de vacaciones. Al menos las fotos no defraudan al recordarlas.

¿Necesitas ayuda legal? Si estás en alguna de estas situaciones, llámanos a los especialistas, abogados expertos en reclamaciones por negligencias médicas.

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