Las agresiones verbales (como burlas y humillaciones) que reciben las mujeres por parte de los profesionales sanitarios durante el embarazo, el parto o el postparto, son más comunes de lo que parece. Te suena familiar, ¿verdad? Bueno, es muy normal que hayas sido víctima de violencia obstétrica y tal vez ni lo sepas. 

Me atrevo a decir, de hecho, que el menosprecio y las humillaciones son acciones que están -desgraciadamente- normalizadas tanto en los hospitales públicos como privados de España. 

Pero, a ver ¿de qué trata realmente la violencia obstétrica? ¿Cómo identifico que he sido víctima de este tipo de agresión? ¿Puedo denunciar? Okey, todas estas preguntas te la voy a responder de forma clara y concisa. 

 ¿Cómo se define la violencia obstétrica?

 

Se le llama violencia obstétrica a cualquier tipo de abuso que recibe la mujer de los profesionales de la salud durante el embarazo, el parto y el postparto. Ojo, aquí entran desde agresiones físicas derivadas de las atenciones obstétricas hasta las típicas burlas y maltratos que, incluso, muchas mujeres callan. 

Cuando hablo de agresiones físicas durante estos procedimientos, me refiero a casos como episiotomías innecesarias, intervenciones que suponen una tortura para la mujer a causa de no aplicar anestésicos, imponer una posición durante el parto y más.   

Lo cierto es que hay bastantes ejemplos de violencia durante el embarazo, el parto y el puerperio. Sin embargo, los actos de desprecio y tratos despectivos son los casos más comunes. Incluso, vienen acompañados de procedimientos obstétricos violentos. 

¿Por qué ocurre este tipo de violencia contra la mujer?

 

Decirte por qué estos abusos son tan comunes, responde a una diversidad de factores que pueden ser complejos. Lo que sí sé es que están asociados con componentes sociales, culturales y de género. 

Te voy a compartir algunos ejemplos que ha explicado los motivos que desencadenan violencia obstétrica: 

  • Actitudes machistas (de parte de mujeres y hombres profesionales de la salud)
  • Racismo
  • Falta de capacitación del personal sanitario en derechos humanos
  • Ínfulas de poder en el ámbito médico

¿Cómo identifico que he sido víctima de violencia en el embarazo, el parto o el puerperio? 

 

Si te soy honesto, no es para nada difícil. Hay situaciones de violencia física y verbal que muchísimas mujeres han experimentado durante el embarazo, el parto y el puerperio. He aquí algunos ejemplos (y seguramente falten algunos):  

  • Episiotomía, uso de fórceps
  • Lesiones físicas durante el parto
  • Trato infantil o paternalista autoritario
  • Negación de tratamiento.
  • Violación a guardar silencio ante información personal.
  • Procedimientos autoritarios.
  • Medicación excesiva. 
  • Comunicación deficiente. 
  • Falta de consentimiento informado
  • Intervenciones dolorosas sin anestesia. 
  • Imponer una cesaría. 
  • Reprimir a la madre a tener al bebé sin causa justificada.
  • Falta de atención en una emergencia obstétrica. 
  • Obligación de dar a luz en posiciones impuestas. 
  • Tactos vaginales realizados por más de una persona.
  • Raspado de útero sin anestesia.
  • Medicación innecesaria para el parto.

Quizá se me escape otro posible escenario de violencia por parte del profesional sanitario durante el embarazo, el parto o el postparto, pero estos son los más comunes y suponen una violación al derecho de la mujer. 

 ¿Cuáles son las consecuencias de este tipo de violencia contra la mujer?

 

Sea cuál sea el tipo de violencia que se ejerza contra la mujer (o cualquier persona) siempre deja secuelas físicas y psico-conductuales. Sin embargo, en el caso de violencia obstétrica se presentan también consecuencias sexuales y reproductivas.

El hecho es que estas acciones abusivas afectan la salud de la mujer, incluyendo la del feto o del bebé. Te presentaré a continuación algunas de las consecuencias de este tipo de violencia: 

  • Sangrado vaginal durante el periodo de gestación.
  • Nacimiento de bebés prematuros. 
  • Lesiones físicas (dolencias, infecciones…). 
  • Cicatrices psicológicas (ansiedad, depresión, estrés).
  • Dificultades para forjar lazos con el bebé.

Hay otra consecuencia que no se menciona mucho; y es la desconfianza hacia el propio sistema de salud del país. Es aquí entonces donde las mujeres buscan alternativas para ponerse en control prenatal y realizar el parto. 

¿Cómo denunciar la violencia obstétrica?

 

Tengo que dejarlo muy claro; en España no hay una ley que contemple la violencia obstétrica, sin embargo, el artículo 147 del Código Penal, sanciona a toda persona que mediante cualquier medio o procedimiento ocasione daños físicos a otros. 

Como verás, si puedes interponer una denuncia o una reclamación por violencia obstétrica. Ahora, mi consejo es que lo hagas lo antes posible y no solo porque los periodos de reclamo suelen ser muy cortos. También porque es más fácil probar el abuso en caso de daños físicos o lesiones. 

Eso sí, procura reunir toda evidencia (historial clínico, informes médicos…) y, si estás siendo maltratada verbalmente, graba con tu dispositivo móvil el trato que recibes del profesional médico. En general, la opción no es denunciar, sino interponer una demanda o una reclamación. 

Si has sido víctima de este tipo de violencia, busca la asesoría profesional de un abogado de negligencias en embarazos y partos la materia para que te indique cuáles son los pasos a seguir.  

 

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