En mi blog he hablado muchísimo sobre negligencias médicas y mala praxis. Es más, me atrevo a decir que en el 90% de los artículos que hemos publicado, encontrarás estos dos términos. La pregunta es: ¿Significan lo mismo? Hay quienes los utilizan como sinónimos, pero la verdad es que tienen connotaciones diferentes.  

Por este simple motivo, quiero ilustrarte sobre las diferencias entre negligencia médica y mala praxis médica. Pues, distinguir entre estos dos actos de imprudencia podría ayudarte a definir cómo deberías proceder judicialmente. Dicho esto, empecemos. 

¿En qué consiste la negligencia médica?

 

Un rasgo que define al ser humano es que está propenso a cometer errores, ya sea tomando decisiones en su vida diaria o en su ejercicio profesional. Incluso, ni los mismos médicos está exentos a equivocarse durante una intervención llegando a perjudicar aún más la salud de un paciente. 

Ahora, el punto es que, mayormente, los errores no se asocian a ninguna mala intención. A veces los cometemos y ya. Pues, la negligencia médica se basa en esto: es un error cometido durante una práctica médica que, si bien afecta al paciente, no se realizó adrede o con el propósito de perjudicarlo.  

Generalmente, el médico comete estos errores por algún descuido o porque pensaba que estaba actuando bajo el protocolo (o lex artis) exigido en su ejercicio profesional.  Sin embargo, pese a que no haya mala atención, esta imprudencia tiene implicaciones legales. 

¿De qué va la mala praxis?

 

En el caso de la mala praxis es diferente. Y es que no se trata propiamente de un error, sino de un acto cometido intencionalmente por el profesional sanitario, causando daños y lesiones en el paciente. 

Es decir, el médico ignoró ciertas actuaciones que tenía que seguir o simplemente ejecutó acciones que no debía, aun sabiendo que esto podría agravar la situación de la persona.  Es por ello que se interpreta que sí hubo intencionalidad del médico. 

Supongamos que llegas con dificultades respiratorias y el médico piensa que se trata de una bronquitis, pero no realizó los exámenes pertinentes para diagnosticar qué está ocasionando el problema. Sin embargo, resulta que tenías neumonía y esto te ocasionó un daño permanente como fibrosis pulmonar.  

¿Cuáles son las diferencias clave?

 

Es obvio que la diferencia reside en que la negligencia médica es un error, mientras que la mala praxis es una acción o una inacción deliberada e irresponsable. 

Por lo tanto, una mala práctica médica es cuando el profesional sanitario hizo algo que sabía que podía generar consecuencias graves en el paciente. De manera que tomó una decisión en consciencia de que los resultados podían ser adversos. ¿Hay mala intención? Quizá no, pero su acción fue irresponsable y consciente.

Como verás, ambos casos se diferencian especialmente en cómo el profesional de la salud procedió. En la negligencia médica, la actuación no fue deliberada pero se cometió un fallo en el protocolo, mientras que en la mala praxis, el médico tenía conocimiento de los efectos que podía desencadenar su acción irresponsable. 

¿Cómo se prueba la culpabilidad en ambas situaciones?

 

Hay otro punto que debo aclarar sí o sí, no todo error que cometa el médico durante una intervención implica que haya negligencia médica. ¿Por qué? Bueno, porque depende de si los daños fueron graves o permanentes. Puede que se haya cometido algún fallo, pero las consecuencias no generaron secuelas ni complicaciones. 

Eso sí, el acto negligente siempre será el punto de partida para hablar de un caso de negligencia médica. Aclarado esto, ¿Cómo se prueba la responsabilidad del médico, ya sea que haya negligencia o mala praxis?  Lo primero es que tiene que existir un nexo de causalidad entre el daño y la actuación negligente del facultativo

Si no hay ninguna relación del daño con la actuación del médico, no podemos hablar de negligencia ni de mala práctica. Bien, veamos cuáles son los principales elementos para probar la culpabilidad del profesional de la salud en ambos casos: 

  • Incumplimiento del deber del cuidado

Es simple, tiene que haber un incumplimiento en el deber del cuidado por parte del médico. Bien sea por no seguir el protocolo correctamente o por no ejercer las acciones que debía realizar ante cierta situación. 

  • Daños

Como expliqué, no toda imprudencia ocasiona daños o lesiones. Así que, si no presentas una lesión, no tiene ningún sentido interponer una demanda por negligencia médica o mala praxis. 

El artículo 147 del Código Penal establece que se puede castigar a quienes, a través de cualquier procedimiento o intervención, ocasione daños a otros. Entonces, si no hay lesiones (así se haya cometido una imprudencia o una mala práctica), la demanda no procederá ante los ojos de la justicia.  

  • Nexo de causalidad

Esto es súper importante. Debe probarse que los daños que presenta el paciente están asociados con la negligencia o una mala práctica del profesional sanitario. Para ello, es importante que cuentes con tu historia clínica e informes médicos de otros especialistas que sirvan para corroborar lo que expones ante el Juzgado. 

No te voy a mentir, seas víctima de una negligencia médica o de una mala praxis, estas situaciones requieren de la asesoría de conocedores en la materia. Mi consejo es que, si quieres tomar acciones legales, acudas a nuestros abogados especialistas en negligencias médicas, en función de que te brinde asesoría respecto a tu caso.

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